La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad desmielinizante en la cual las cubiertas aislantes de las células nerviosas del cerebro y la médula espinal se ven dañadas. Este daño interrumpe la capacidad del sistema nervioso para transmitir señales, lo que resulta en una variedad de signos y síntomas, incluidos problemas físicos, mentales y, a veces, psiquiátricos.
Los síntomas específicos pueden incluir visión doble, ceguera en un ojo, debilidad muscular y problemas con la sensación o la coordinación. La EM toma varias formas, con nuevos síntomas que ocurren en ataques aislados (formas recurrentes) o que se acumulan con el tiempo (formas progresivas).
Entre los ataques, los síntomas pueden desaparecer por completo; sin embargo, a menudo persisten problemas neurológicos permanentes, especialmente con el avance de la enfermedad.
Las células madre apoyan en la modulación del sistema inmune y de la inflamación a través de una cascada de señalización derivada de los exosomas que estas producen. Dichos exosomas contienen proteínas que envían mensajes al sistema inmune para detener una función excesiva o una respuesta exagerada como la que se presenta en el caso de la EM. Adicionalmente, pueden ayudar a la regeneración del tejido nervioso y la mielina, apoyando a aminorar los síntomas relacionados y ralentizar el progreso de la enfermedad.
La aplicación de células madre para el EM es un tratamiento ambulatorio y no precisa ingreso a quirófano. Puede ser realizado en un consultorio, clínica o incluso en casa, si se toman las precauciones correspondientes. El proceso completo toma entre media hora y una hora.
El protocolo sugerido es la aplicación intravenosa de Mocell Bomb® de 100 millones con un refuerzo cada 3 a 6 meses, o hasta la remisión completa de los síntomas.
El paciente deberá de continuar con el tratamiento acostumbrado de manera normal ya que en ningún caso las células madre son sustituto de éste.